Friday, October 20, 2006

Preferiría

No como,
Porque preferiría probar tus labios,
He dejado de beber,
Porque preferiría tomar tu boca,
Las flores y perfumes no existen,
Porque preferiría respirar tu aroma,
Todos mis reflejos se han roto,
Porque preferiría verme en tus ojos,
Las voces son confusas y homologas,
Porque preferiría escuchar tu accento,
No pienso,
Porque preferiría tenerte en mente,
Pero aún más preferiría tenerte en brazos.

Tuesday, October 03, 2006

Tu Conciencia (Como Negra Mariposa)

La noche que nos conocimos,
En la oscuridad abrumadora,
Recuerdo la fantasía de tus ojos,
Grandes, dos esferas de adrenalina,
Como los de un ciervo embestido,
Por el destino en su camión a media noche.

¿Qué temías?... Aún no lo sé.
Pero me envolvió tu fantasía,
Del castigo esperado durante años,
Que por fin venía.
Quise lastimarte, arrollarte en ese abismo.
Ser el verdugo de tus sueños,
La loba de tu ciervo.

En vez te corté con una carcajada,
Mi risa de mujer te estremeció,
Y me guiaste hacia la luz,
Para decirme que no me reconociste...
¿Pero cómo me ibas a reconocer en nuestro primer encuentro?
La noche que la nada nos encarno.

A Mi Príncipe Azul

El día que llegues con tu corcel blanco,
Armadura reluciente y espada desenvainada,
Te aviso que más vale que no traigas,
Entre tu maleta de billetes, diamantes y drogas,
La expectativa de una princesa rosada...

Porque esta damisela en peligro ya fue rescatada,
De entre botellas de champaña,
Y lunas de resaca.
Porque en mi bolsa de mano encontraras:
Una caja de aspirinas,
Tres condones,
Un espejito mágico para revelar los demonios internos,
Y que me dice que soy la más bella en voz electrónica,
Una taza de café en forma de píldora para el corazón,
Fotos y recibos,
La llave de la torre,
Y otra para la celda de la reina,
El aliento del dragón embotellado,
Y ancas de rana (cortesía del último principe).

Entonces mi amado modelo de anuncios de ropa interior,
Con título hereditario e imperio preensamblado,
Quizás brillen por su ausencia,
El tradicional cuadro horizontal en tonos rojos,
Los desayunos familiares con la Reina Madre,
Mis 28 vástagos (que solo son tuyos cuando salen en revistas),
Y mis sollozos con las damas corporativas.
No, no lo quiero, ni a la punta de tu espada.